18/3/11

COMUNIDAD ASTRONOMICA

Inauguramos esta nueva sección creada para conocer a los astrónomos aficionados que desde diferentes puntos del mundo demuestran con sus vivencias y trabajos el amor por la astronomía.


Para comenzar traemos a un compañero y amigo con el que muchos aficionados nos sentiremos identificados al leer este artículo. Reside en Santa Pola (Alicante) ,su nombre es Vicente Molina y es conocido en el mundo de los foros como VI100. Para los que tenemos la suerte de conocerlo personalmente hay una palabra para definirlo en el que todos coincidimos, humildad. Con un altísimo nivel en la astrofotografía destacando en la Lunar , Vicente siempre esta dispuesto a dejar lo que este haciendo para echar una mano a quien lo requiera y créanme que es muy a menudo .Además de la astrofotografía Vicente tiene diversificado el trabajo en su observatorio con la búsqueda y seguimiento de Cometas, NEOs , Asteroides y Transneptunianos.


Vicente Molina






De la curiosidad de leer aquellos palabros que aparecían en un libro que me prestaron en la biblioteca, pasé a contemplar el cielo en las noches de verano. Un verano de hace 27 años.

La nostalgia me invade cuando recuerdo el "telescopio" que me construí en aquellas mismas fechas. Mi hermano mayor, me consiguió unas rayadas lentes de unos viejos prismáticos de 8x40 y las monté sobre un tubo de cartón que sujetaba a mano.

M22, M4, M81, M82, M45, M42... cuántos objetos era capaz de ver con tan pocos medios. No podía imaginar lo que podría ver con un telescopio de verdad. Dos años más tarde lo supe, al poder mirar aquel cielo a través de un magnífico refractor de 76mm Alstar.

Qué distinta era aquella astronomía autodidacta. Encontrar a alguien con tu misma inquietud era algo complicado. Con el tiempo y por casualidades y el boca a boca de los amigos, nos juntamos cuatro compañeros que formamos la Agrupación Astronómica de Santa Pola. Hoy superamos los veinte miembros.


A parte de observar, me llamaba la atención eso de hacer fotos a las estrellas. Jugando con una réflex Ricoh y un objetivo de 50mm no parecía complicado sacar interesantes tomas. Qué tiempos aquellos cuando en lugar de calcular la resolución por pixel, la relación señal-ruido o las mil historias que hay hoy en día, la preocupación era encontrar una película de 400 ASA que no diera mucho grano y que por supuesto, el del laboratorio nos revelara el carrete y no nos dijera aquello de "no lo he positivado porque no hay nada, han salido todas negras. Ahí parece que hay un puntito, pero será un defecto del revelado".



Con el paso del tiempo, las fotos ya no salían negras llenas de puntitos. En algunas se veían nebulosas, en otras galaxias, pero cada vez salían con un cielo más anaranjado y se volvía difícil hacer fotos sin estar contaminadas por el brillo de las farolas. Hoy la Contaminación Lumínica es acuciante y nos ha llevado a realizar una Ordenanza Municipal para intentar regularla. Aún recuerdo cómo de clara se veía la Vía Láctea desde la terraza de mis padres cuando miraba por aquel cacharroscopio de cartón. Hoy, apenas se distinguen las constelaciones más brillantes.


La tecnología avanzó y salieron las cámaras digitales, las webcams, las CCDs... Ahora esa tecnología es la que nos permite obtener unas imágenes que nos eran impensables hace unos años y que casi le quitan el encanto y romanticismo que tenían aquellas noches en las que los telescopios no tenían GoTo, las fotos las hacíamos con una exposición única y debíamos esperar hasta acabar el carrete para revelarlo y ver qué había salido.








Esa tecnología es la que nos permite mirar hacia atrás y ver nuestra evolución. Cómo nos hemos hecho mayores y cómo hemos aprendido con los años las diferentes técnicas que nos permiten hacer verdaderas diabluras en el disfrute de esta afición que nos une.



No sé hasta dónde llegaremos, pero si hoy por hoy un aficionado supera con creces los resultados de los observatorios astronómicas de hace 10 ó 15 años, qué no conseguiremos dentro de otros 10 ó 15 años más.











Sin embargo hay algo que la tecnología no ha podido cambiar. Ni los foros, ni las listas de correo, ni Facebook. Es ese contacto con la naturaleza cuando estamos en el campo. El charlar con los amigos y compartir una cena en una fresca noche de verano o en las oscuras y gélidas noches de invierno. Por eso mismo se inventaron las "quedadas". Pasar de lo inmaterial y del frío teclado del ordenador al contacto humano, que en definitiva es el que todos necesitamos y lo que en definitiva nos hace ser humanos.




Para seguir sus trabajos:


http://buscandocometas.blogspot.com/



http://fotografialunar.blogspot.com/











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